IT'S THE FINAL COUNTDOWN

Diez días. Sólo diez días para coger el avión que me llevará a lo desconocido y me alejará 4000 kilómetros de todo lo que me hace sentir en casa. No me lo creo ni yo, parece que estoy de coña.

Pero es lo que hay, el tiempo vuela y yo sigo con una amalgama de emociones cambiantes en mi interior. Ahora ganas de irme inmediatamente. Ahora miedo. Ahora nervios. Ahora vértigo. Ahora todo junto. Pero lo bueno es, que entre todas esas emociones, hay una que siempre permanece constante: la ilusión por todo lo que voy a vivir en los próximos diez meses.

Una de las cosas que hace que me tranquilice un poco es la maravillosa familia que me está esperando al otro lado del charco. Dana y Max se están desviviendo por tenerlo todo perfectamente preparado cuando llegue (el otro día incluso me preguntaron por mi sabor preferido de patatas fritas xd), ya he hablado un par de veces con ellos por videollamada de Facebook, me han enseñado la casa y están encantados de ayudarme en todo lo que puedan, son un cielo.

A estas alturas de la vida los grupos de Spanadians están revolucionaditos perdidos: últimas familias (los de NL ya estamos todos), dudas sobre el equipaje, el viaje y el hotel, comentarios sobre lo poco que queda... La verdad es que es toda una suerte contar con una legión de personas que están pasando exactamente lo mismo que tú (o que ya lo han pasado) y que hacen lo que sea por ayudarte.

Entrar en la recta final de los preparativos de este viaje significa también que es tiempo de despedidas, despedidas que aunque sepas que son un "hasta luego" se te hacen un poco cuesta arriba. 

Y ojo,  con que se hagan cuesta arriba no quiero decir que no te dejen momentos preciosos, como la fiesta sorpresa que me hicieron mis amigos anoche. Fue súper emocionante llegar a mi casa y encontrarme el patio lleno de globos, con mis amigos abrazándome y mi canción favorita sonando de fondo. Cuando vi además la bandera llena de dedicatorias, el álbun fotos y el pirograbado que me habían hecho, creía por completo que estaba en un sueño... Sueño del que no tardaron en despertarme tirándome a la piscina con ropa, pero se les quiere igual.

Ah, y a todo esto mi maleta sigue vacía.