Ahí está Marysvale |
Me prometí a mí mismo escribir una nueva entrada en cuanto me dieran familia, y por fin ha llegado el momento. El pasado miércoles 20 de julio a las 10:14, cuando todavía andaba haciendo el vago en la cama, recibí el correo que tanto esperaba. Nada más saltar la notificación, me levanté de un salto gritando «MAAAAAAAMA, QUE YA M'HAN DAO FAMILIAAAAA» y corrí al ordenador para ver todo como Dios manda, todavía temblando de la emoción.
Después de reiniciar el ordenador un par de veces, confirmando la veracidad de la ley de Murphy, conseguí abrir el correo, con datos y fotos de los que serán mi nueva familia e instituto, además de una carta súper cuqui escrita por mi host mum con frases como «Max and I are very pleased to welcome you to our home and into our hearts» o «We hope that you will love movie nights with Max and I while sharing a bowl of popcorn or two» ¿No es para comérselos?
A partir de septiembre viviré en Marysvale, un pueblo pequeñito (alrededor de 470 habitantes) en la zona de las bahías, a más o menos una hora en coche de la capital. Mi host family está formada por Dana, secretaria en un hospital y Max, jubilado. Les gusta leer, ver deportes en la tele, dar paseos en su todoterreno, esquiar, ir en barco y pescar. No tienen hijos, pero llevan muchos años acogiendo estudiantes internacionales en su casa. Además de con este matrimonio majísimo, compartiré hogar con Annie, su perrita, y otro estudiante internacional, del que de momento solo sé que es un chico brasileño que vivirá conmigo durante cinco meses.
El instituto al que iré es el Ascension Collegiate, que tiene muy buena pinta (parece que está en medio de una postal, con un lago al fondo y rodeado de prados verdes). La única pega que le puedo poner es que está en Bay Roberts, a unos 25 minutos en coche, pero hay autobuses escolares (ya me estoy imaginando el típico bus amarillo de las películas).
Que el instituto me pille un pelín lejos se compensa con que la casa tiene... (redoble de tambores) VISTAS AL MAR, lo que significa que en primavera podré ver las ballenas por la bahía, ¿no es genial?
Y hasta aquí puedo contar de lo que será mi vida de aquí a 40 días justos (más que nada porque es más o menos todo lo que sé), pero como llevo bastante tiempo sin escribir, voy a contaros un poco mi vida estos últimos meses.
Última quedada con los becados madrileños |
He seguido teniendo encuentros con otros Spanadians: a parte de los Skypes y otra quedada con los madrileños (en la que conocí algunas caras nuevas y me reencontré con algunos conocidos) en mi viaje de fin de curso coincidí con otros dos becados en una discoteca de Salou: Leire de Burgos y Arland de allí mismo. Con este último además pasamos el día siguiente en Port Aventura (nos sobraba una entrada) y la verdad es que acabó siendo uno más de la clase.
Uno de los guiños canadienses que me encontré en la peregrinación |
Conforme se va acercando la fecha de salida, voy viendo todo esto como algo cada vez más real, y había ciertas cosas que me preocupaban bastante (sobre todo antes de saber quién iba a ser mi familia), pero la semana pasada tuve la genial oportunidad de ir a una peregrinación, donde entre otras cosas tuve tiempo de meditar con Dios todo esto, confirmar que realmente es algo que Él quiere y entregárselo todo por manos de María. Ahora, lo veo todavía más claro y me veo a mí mismo mucho más preparado para que empiece la aventura.
Otro guiño en la Basílica de Santa Teresa de Liseux |
Y bueno, más o menos esto es todo. Por supuesto, los preparativos continúan (esta misma mañana me he comprado la maleta) y espero poder escribir por lo menos otra entrada antes de marchar. ¡Hasta la próxima!
Por cierto, las dos últimas imágenes son creación de mi hermano (el mismo que hizo la cabecera de este blog), que es un artistazo.
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